Cucarachas domésticas

por Charles Lester Marlatt
Título original: Cockroaches
Apareció en: United States Bureau of Entomology, Circular n.º 51.
Año : 1902
Linaje del protagonista
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Blattodea
Suborden/Superfamilia*: Blattoidea, Blaberoidea
Familia: Blattidae, Ectobiidae
Cucarachas domésticas


Las cucarachas se cuentan entre los insectos más comunes y repulsivos que frecuentan las viviendas humanas. Ya eran bien conocidas por los antiguos, que las llamaban lucifaga, debido a su costumbre de rehuir siempre la luz. El nombre vulgar para ellas en inglés, o más correctamente, para la especie doméstica inglesa más común, es black beetle1. Este nombre no ha sido adoptado en ninguna parte de América; el insecto, que fue introducido aquí muy pronto, es conocido como roach o cockroach. No obstante, la pequeña Cucaracha alemana es conocida generalmente como el bicho de Croton, o bicho del agua2, a causa de su temprana asociación con el sistema de depuración de aguas de Croton, en la ciudad de Nueva York. Las denominaciones populares de este insecto en Alemania ilustran de una manera graciosa ciertos prejuicios tanto raciales como regionales. En el norte de Alemania estas cucarachas son conocidas como Schwäbisch, un término que se aplica a los habitantes del sur de Alemania, y en esta última región se contraataca llamándolas Preußisch, por los alemanes del norte. En el este de Alemania son llamadas Russen, y en el oeste Franzosen, evidenciando estos dos últimos apelativos cierta antipatía nacional hacia países rivales, así como una idea fantasiosa sobre su procedencia. Otros nombres aún son Spanier, que data de los tiempos de Carlos V, y Däne, por Dinamarca3.
Distribución e historia
Las cucarachas pertenecen a una familia muy extensa, Blattidae4, de la que solo una pequeña porción, afortunadamente, se ha vuelto doméstica. En los países templados, cuatro o cinco especies son plagas muy comunes en los hogares, y unas cuantas más se encuentran de forma silvestre en los bosques; pero son esencialmente habitantes de los países cálidos; en los trópicos las especies domésticas son muy numerosas, y las especies silvestres se hallan en gran número y variedad, muchas de ellas muy llamativas por su forma, coloración y tamaño, llegando alguna especie a alcanzar mas de 6 pulgadas. La incapacidad de las cucarachas domésticas para soportar un frío inusual quedó ilustrada en el hecho de que el severo clima del invierno de 1894 en Florida —que fue tan destructivo para los huertos de cítricos—, destruyó todas las cucarachas según el testimonio del Sr. H. G. Hubbard5 —incluso las de las casas, exceptuando la de unas pocas inusualmente bien protegidas. En las condiciones adecuadas, en latitudes más al norte las especies domésticas se reproducen a menudo prodigiosamente, e incluso en el lejano norte, en las cabañas de los lapones, se encuentra una especie que en ocasiones devasta completamente los almacenes donde se guarda el pescado seco reservado para el consumo invernal.
Mientras que las especies domésticas son escasas en número, cerca de un millar de especies de Blattidae han sido descritas y preservadas en colecciones, y se estima que en la actualidad quizá existan más de 5000 especies en diferentes partes del mundo. La gran mayoría de las cucarachas viven en el exterior, y en los países cálidos son reputadas de vivir sobre las plantas y de ser en ocasiones muy perjudiciales. Esta creencia ha sido cuestionada recientemente por el Sr. J. G. O. Tepper6, de Australia Meridional, quien afirma que según su experiencia estos insectos son eminentemente carnívoros, que se alimentan de orugas y otros insectos de cuerpo blando, y que con el incremento de la presencia de ciertas especies en sus jardines, especialmente Epilampra notabilis*, “las larvas herbívoras desaparecen rápidamente”. El Sr. Tepper apunta que los desperfectos observados ocasionalmente sobre las plantas en lugares donde abundan las cucarachas son muy probablemente debidos a otros insectos o a caracoles, los cuales también atraen a las cucarachas, pues estas últimas se alimentan de ellos. Que las cucarachas comen frutos, tubérculos ricos en almidón y otros productos de las plantas es una observación común, pero se pueden plantear dudas sobre que su sustento habitual sea el follaje verde de las plantas.
La cucaracha es uno de los insectos más primitivos y antiguos, en el sentido de su temprana aparición sobre el planeta, hallándose cuantiosos restos fósiles de cucarachas ya en las primeras formaciones carboníferas, varias edades antes de que las formas de vida de los insectos actuales hubieran empezado a aparecer. Las especies que existen a día de hoy son escasas en comparación con la abundancia de formas del periodo Carbonífero, que podría con propiedad ser llamada la edad de las cucarachas, un periodo cuya humedad y temperatura eran igualmente propicios para el crecimiento de las plantas y la proliferación de esta familia de insectos.
Las cucarachas domésticas de hoy se vincularon muy pronto con las primitivas viviendas del ser humano, y a través de la actividad del comercio ha seguido a este allí donde ha llegado la navegación. De hecho, en las embarcaciones son siempre especialmente numerosas y molestas, pues la humedad y el calor de los navíos son particularmente beneficiosos para su desarrollo. Se supone que la común cucaracha oriental de Europa (Blatta orientalis L.), también llamada “cucaracha negra”, es de origen asiático, y se cree que fue introducida en Europa en los últimos doscientos o trescientos años. Sin embargo, el hogar original de esta, así como de otra especie europea muy común (Blattella germanica L.), es bastante oscuro; lo cierto es que ambas han estado probablemente asociadas con los humanos desde tiempos muy tempranos, y podrían haber llegado de forma natural a las regiones de Europa más recientemente pobladas desde las civilizaciones más antiguas de Asia y Egipto.
En cuanto a las otras dos especies domésticas especialmente tratadas en este artículo, la cucaracha australiana (Periplaneta australasiae Fab.), como su nombre mismo indica, es nativa de Australia; y la cucaracha americana (P. americana L.), de la América tropical y subtropical.
Es poco habitual que dos especies domésticas coincidan en una misma casa en la cantidad que sea. También es frecuente que en dos distritos vecinos infestados, uno lo esté por una especie y el de al lado por otra distinta. De modo que es verosímil que las diferentes especies sean de algún modo antagonistas, e incluso se sospecha que se devoran la una a la otra y que la especie menos numerosa acaba a menudo siendo expulsada.
Características estructurales
Aunque geológicamente se cuentan entre los insectos más antiguos, las cucarachas no se han alejado de las formas tempranas y constituyen uno de los grupos más persistentes entre los insectos. Las especies domésticas son de manera bastante uniforme de color marrón oscuro o de tonalidades oscuras, una coloración que se ajusta a su hábito de ocultarse durante el día. Son insectos lisos y resbaladizos, con una forma ancha y aplastada. La cabeza se inclina hacia dentro bajo el cuerpo, de manera que las piezas bucales quedan dirigidas hacia atrás, y los ojos se inclinan hacia abajo, adaptándose a sus hábitos rastreros. Las antenas son muy largas y delgadas, en ocasiones llegan a tener más de 100 articulaciones. Los machos tienen por lo común dos pares de alas, las más exteriores un tanto coriáceas, las interiores más membranosas y con un pliegue longitudinal. En algunas especies, como por ejemplo la cucaracha negra, las hembras carecen prácticamente de alas. Las piernas son largas y poderosas, armadas de cerdas fuertes y numerosas o de espinas. Las piezas de la boca están bien desarrolladas y poseen unas mandíbulas afiladas y potentes, lo que permite a estos insectos comer todo tipo de materiales.
Costumbres
En las casas, las cucarachas son especialmente abundantes en despensas y cocinas, sobre todo en la vecindad de los hogares, a causa del calor. Por la misma razón, a menudo son también abundantes en los obradores de las panaderías y en cualquier lugar en que se mantenga la temperatura por encima de lo normal. Durante el día se ocultan tras los zócalos, los muebles o cualquier lugar que ofrezca seguridad y protección parcial contra la luz. Sus cuerpos, muy aplanados y delgados, les permite comprimirse en el interior de pequeñas grietas u otros espacios en los que no se sospecha su presencia y en los que se hallan fuera del alcance de enemigos. A no ser que se las descoloque moviendo los muebles o se las moleste en sus escondites, rara vez se las percibe; si son descubiertas escapan con sorprendente celeridad, con un andar nervioso y escurridizo, y generalmente son capaces de esquivar cualquier intento de captura o destrucción. Puede pasar muy a menudo que el amo de la casa no sea consciente de su presencia, o al menos de las verdaderas dimensiones que esta alcanza, hasta que no las sorprende en medio de sus festines nocturnos. Al entrar repentinamente en una cocina o una bodega, llega hasta el oído el sonido del crujir de numerosos objetos; y si se enciende una luz, se verá a menudo el suelo o las estanterías cubiertas de cucarachas que se escurren de forma precipitada hacia sus escondites. En distritos habitados por la cucaracha americana, estas pululan por la noche de esta manera en tales cantidades que, si se entra en alguna pequeña habitación donde estén congregadas, uno será golpeado repetidamente por los insectos, arañado en la cara y las manos por su vuelo frenético en busca de un lugar donde ocultarse.
La cucaracha negra es menos activa y recelosa que las demás, que la cucaracha alemana sobre todo, la cual es especialmente ágil y tímida.
Las cucarachas domésticas son prácticamente omnívoras; se alimentan casi de cualquier materia animal muerta, de productos con cereales y de sustancias alimenticias de todo tipo. Se cuenta también que se comen el despojo de su propia piel tras la muda y las cáscaras de los huevos; se cree que atacan a otras especies de cucarachas y que, quizá, ocasionalmente son caníbales. Roen también tejidos de lana y pieles (como la de los zapatos o los muebles), y causan frecuentemente un daño profundo a las prendas de ropa y a las encuadernaciones en piel de los libros en bibliotecas y casas editoriales. La pasta o pegamento que se emplea en las encuadernaciones de tela y las cubiertas de los libros les resulta muy atractiva. En multitud de ocasiones, la superficie de las cubiertas de los libros encuadernados en tela queda arañada y desfigurada, especialmente por la cucaracha alemana (Blatella germanica), y las letras doradas desaparecen devoradas en el intento de llegar al albumen del pegamento. En las embarcaciones el daño es frecuentemente muy extenso debido al vasto número de cucarachas que habitan en ellas, y tenemos informes fiables de suministros enteros de bizcochos de mar devorados o arruinados por las cucarachas.

El daño que provocan no se limita a los productos que de hecho consumen, hay que incluir aquí la suciedad y lo nauseabundo que se vuelve todo aquello con lo que entran en contacto. Allí donde se reproducen en cualquier cantidad, dejan un fétido y nauseabundo olor bien conocido como el “olor a cucaracha”, que es persistente y no se va de los estantes y los platos sin lavarlos con jabón y agua hirviendo. Las reservas de alimentos que han sido contaminadas de esta manera no pueden ser recuperadas. Este olor procede en parte del excremento, pero principalmente de un fluido de color oscuro que segrega la boca del insecto, con el cual va impregnando sus zonas de paso; y en parte también, sin duda, de las glándulas odoríferas, que se encuentran sobre los cuerpos de ambos sexos entre algunos de los segmentos del abdomen, las cuales secretan un liquido aceitoso del que emana un característico y desagradable olor. Sucede frecuentemente que los estantes en que se coloca la vajilla se impregnan de este olor a cucaracha, el cual se transmite y es retenido por los utensilios hasta el punto de que en todo lo que se sirva en ellos, líquidos particularmente, como el café o el té, se apreciará un peculiar, desagradable y extraño sabor y olor, cuya procedencia nos dejará en ascuas, y que de forma espontánea se achacará al alimento antes que al recipiente.
Las cucarachas tienen normalmente hábitos carroñeros y pueden en ocasiones prestar algún servicio en este sentido, al comerse y hacer desaparecer cualquier materia animal muerta.
Otro rasgo suyo que las redime ha sido registrado, a saber, que darán caza a esa otra plaga de aquellas casas no sometidas a una atenta supervisión: la chinche de las camas. Sus costumbres a este respecto han sido constatadas varias veces. Un escritor, en la narración de un viaje (Foster’s Voyage, Vol. I, p. 373)7, afirma lo siguiente sobre este asunto:
Las cucarachas, ese fastidio de los barcos, son muy abundantes en Santa Helena, y sin embargo, malas como son, son más soportables que las chinches. Anteriormente a nuestra llegada a bordo del Chanticleer habíamos sufrido grandes inconvenientes a causa de estas últimas, pero tan pronto como las cucarachas hicieron su aparición, las chinches desaparecieron completamente. El hecho es que las cucarachas les dan caza y no dejan rastro ni vestigio de por dónde pasaron. Por lo tanto, es un insecto de lo más valioso.
La cucaracha, no obstante, es una molestia demasiado grande por sí misma para justificar su recomendación como medio de erradicación incluso del insecto aún más desagradable al que hemos aludido8.

Sin duda, la dispersión local de las cucarachas de casa a casa se produce habitualmente al introducirlas con las provisiones, el mobiliario, las mercancías, etc. El Dr. Howard9 y este que escribe han sido testigos en Washington de que el bicho de Croton, o cucaracha alemana —y también probablemente las demás especies—, puede desarrollar un instinto migratorio. (Véase Insect Life, Vol. VII, p. 349)10
Este caso tan interesante de lo que parece haber sido una verdadera migración —en la que un ejército de miles de cucarachas, en un impulso común, abandonaron sus viejos cuarteles y empezaron la búsqueda de un emplazamiento más favorable—, ilustra, tal como señala el Dr. Howard, lo que es probable que ocurra muy habitualmente bajo el abrigo de la oscuridad, y ofrece una explicación para la manera frecuente en que casas que son nuevas se ven de repente infestadas por estas alimañas.
Transformación
Las cucarachas muestran poca variación de aspecto y costumbres entre las diferentes etapas de su desarrollo de huevo a adulto. Los jóvenes son casi como los adultos excepto en lo que respecta al tamaño y la carencia de alas —si es que la forma adulta tiene alas. No obstante, la manera que tienen de poner los huevos es bastante anómala y peculiar. Los huevos, en lugar de ser depositados por separado, tal como hacen el resto de los insectos, son transportados todos juntos en el abdomen de la madre dentro de un solido y coriáceo estuche o cápsula, el cual ocupa a menudo casi por completo el cuerpo de la progenitora. Esta cápsula contiene una considerable cantidad de huevos, variable según la especie, dispuestos en dos filas; la posición de los huevos se aprecia en el exterior de la cápsula por unas marcas transversales en el lateral. A menudo, cuando está completamente formada y cargada de huevos, la cápsula asoma parcialmente del abdomen de la hembra, y es retenida en esta posición a veces durante semanas, o hasta que las jóvenes larvas están listas para eclosionar. La cápsula es oval, alargada o con forma de alubia, y normalmente uno de sus bordes es serrado. En algunos casos los jóvenes son ayudados a escapar por la progenitora, que quiebra con sus pies la cápsula por el borde serrado para facilitarles la salida. Se nos cuenta que al eclosionar es frecuente que los jóvenes se mantengan unidos, que son protegidos y cuidados por la madre; al menos es habitual encontrar una colonia de jóvenes asociada con uno o dos individuos más viejos. Estos insectos son más o menos gregarios, de manera notable en el caso de la cucaracha negra europea, y en menor grado en el caso de las cucarachas alemana y americana.


Planuncus tingitanus con ooteca
by WonkoSane
Pasan por un número variable de mudas, a veces hasta siete; la piel se abre a lo largo de la espalda y los insectos que salen son blancos y blandos, pero endurecen rápidamente y adquieren el color normal. Se han hecho algunas afirmaciones sorprendentes respecto al tiempo necesario para que la cucaracha pase de huevo a adulto. Se ha dicho que hacen falta cuatro o cinco años para que un individuo complete su crecimiento; pero experimentos de cría más recientes no han confirmado completamente estas afirmaciones. Su desarrollo, no obstante, es ciertamente lento, y puede que en las circunstancias más favorables rara vez se alcance a producir más de una generación por año. En los países fríos la reproducción y el crecimiento están prácticamente restringidos a la estación cálida. En los meses de invierno permanecen ocultas y en hibernación parcial. Se nos ha enseñado que Blattella germanica completa su desarrollo en un periodo que varía entre cuatro meses y medio y seis meses (Hummel, Essais Entomologiques, Nº1, San Petersburgo, 1821). La cucaracha americana común ha sido llevada del huevo al estado adulto en nuestro insectario. Jóvenes procedentes de un estuche de huevos que recibimos desde Eagle Pass, Texas, eclosionaron el 11 de julio y alcanzaron el estado adulto entre el 14 de marzo y el 12 de junio del año siguiente, lo que indica un periodo de casi doce meses para completar el desarrollo. No caben dudas acerca de que la tasa de crecimiento de la cucaracha depende mucho de la comida y la temperatura, y en circunstancias poco propicias el tiempo que tarda en desarrollarse puede prolongarse considerablemente. Por tanto, parece que la abundancia de cucarachas se explica no tanto por lo rápido que se reproducen como por su inusual destreza a la hora de protegerse contra los medios de aniquilación ordinarios, así como por la escasez de enemigos naturales.
Las cucarachas domésticas más comunes
Las cuatro cucarachas que aparecen en las ilustraciones representan las especies más comunes que encontramos en casas, panaderías o en los barcos. Han sido omitidas las numerosas especies domésticas de los trópicos, muchas de las cuales, quizá, están domesticadas solo parcialmente, así como las cucarachas subárticas de las grandes altitudes o del norte extremo.
La cucaracha americana (Periplaneta americana) es la cucaracha nativa, la especie autóctona de este continente, cuyo origen se halla, supuestamente, en la América tropical o subtropical.
La antigua y más bien pintoresca reseña de este insecto que citamos abajo en nota al pie11 demuestra que esta especie llamó muy pronto la atención de nuestros antepasados. Es indudable que su domesticidad es el resultado de años de convivencia con los aborígenes. A día de hoy se ha vuelto totalmente cosmopolita y es, sin lugar a discusión, la más dañina y molesta de todas las especies que encontramos en los barcos. A veces también son numerosas en los invernaderos y causan un perjuicio considerable a las plantas más delicadas. Es una plaga doméstica notoria, y compite ocasionalmente con la cucaracha alemana en el destrozo de las encuadernaciones de los libros. Uno de los casos más serios de este tipo de daño fue reportado por el Departamento de Hacienda. Los lomos de los libros encuadernados tanto en tela como en piel fueron devorados, a veces completamente, para llegar al pegamento rico en almidón de la encuadernación. (Insect Life, Vol. I, pp. 67-70)
Esta cucaracha es muy abundante en los estados del centro y del oeste, en los que hasta fecha muy reciente ha sido prácticamente la única especie doméstica problemática. En el este es habitual que no sea tan común como las especies que vienen a continuación, especialmente Blattella germanica. En los países del extranjero no se ha difundido y ha quedado en gran medida confinada a las ciudades portuarias. Su tamaño es mayor que el de cualquiera de las otras especies domésticas y es de color marrón claro; normalmente las alas son largas, potentes, y bien desarrolladas en ambos sexos.
La cucaracha australiana (Periplaneta australasiae) guarda un fiel parecido con la anterior, pero se distingue de forma llamativa por la banda amarilla más brillante y perfectamente delimitada que presenta en el protórax, y por la raya amarilla en los costados de las alas superiores. En los Estados Unidos, es la especie más abundante y molesta en Florida y alguno de los estados del sur. Ya es prácticamente cosmopolita.
La cucaracha oriental, o cucaracha negra (Blatta orientalis), es la especie más común en Europa y la especie inglesa por excelencia. Destaca por el hecho de que en el estado adulto la hembra casi carece de alas. Las alas del macho están también acortadas y no llegan a cubrir el cuerpo en toda su totalidad. Su color es de un marrón muy oscuro, casi negro, y brillante; es más bien robusta, mucho más corpulenta que las demás especies, por lo que su nombre inglés, black beetle, resulta muy apropiado. Esta especie presenta de manera notable hábitos gregarios, y los individuos viven juntos en colonias del modo más amistoso; las grandes permiten que las más pequeñas las monten y que les corran por encima, y las protegen bajo sus cuerpos sin mostrar ningún tipo de animadversión. La especie fue una plaga común y molesta en las colonias británicas a principios del siglo XVIII, aunque por la misma época era desconocida en los dominios franceses del Canadá12.


Parece que por aquel entonces se la conocía como “escarabajo de los molinos”. En el holandés temprano se las llamaba Kakerlach, y en los asentamientos de Suecia eran conocidas como Brodaetare (“come panes”). A día de hoy es muy común en las casas del este, pero tiene una distribución bastante general y es la especie más habitual incluso en lugares tan distantes de la costa atlántica como Nuevo México.

La cucaracha alemana (Blattella germanica) es especialmente abundante en Alemania y los países europeos vecinos, pero, al igual que las demás especies domésticas, se ha repartido por todo el mundo. En nuestro país se la bautiza muy a menudo como el bicho de Croton, denominación que procede, como ya hemos mencionado, de la atención constante que en un principio se le prestó cuando se estaban terminando en Croton los trabajos del sistema de depuración de aguas de la ciudad de Nueva York. Probablemente había sido introducida mucho tiempo antes, pero la extensión del sistema de depuración y de sus tuberías les proporcionó un medio de acceso a las viviendas, promovió enormemente su difusión y facilitó su multiplicación. La humedad de los conductos de agua les resulta ventajosa, y gracias a la presión del agua pueden ser transportadas a largas distancias a través de las tuberías sin sufrir daño. En la parte oriental de Estados Unidos, esta cucaracha se ha multiplicado hasta el mundo de convertirse en la más común y conocida de las especies domésticas, y sus daños a productos alimenticios, libros, etc., y las repugnantes consecuencias de su presencia en despensas, almacenes y panaderías, le dan una relevancia económica mayor que la de cualquier otra especie.
Presenta un color marrón muy claro, y está marcada en el tórax con dos características franjas de color marrón oscuro. Es más activa y recelosa que las especies más grandes y mucho más difícil de erradicar. Es la más pequeña de las especies domésticas y rara vez sobrepasa los cinco octavos de pulgada de largo; se multiplica mucho más rápido que las demás porque tiene un periodo de cría más corto, y el número de huevos en sus cápsulas es mayor que en las cápsulas de las cucarachas más grandes. Los daños que han causado a los informes encuadernados en tela han sido fuente de considerable malestar en el Departamento de agricultura y en las vastas bibliotecas de las poblaciones y universidades del este.
Enemigos naturales y parásitos

En Europa, las cápsulas de huevos de las cucarachas son parasitadas con frecuencia por una mosca icneumón (Evania appendigaster L.)13. Este insecto se ha esparcido ampliamente por el mundo siguiendo a su insecto huésped, y ha sido descrito repetidas veces bajo una buena cantidad de nombres diferentes. Fue encontrado en Cuba tan tempranamente como en 1829, y ha sido recolectado varias veces en los Estados Unidos. Desgraciadamente, su utilidad como método de mantener en jaque a la cucaracha mediante la destrucción de sus cápsulas queda menoscabada por la existencia de otra mosca ichneumón (Entedon hagenowi Ratzb.)14, que parasita a la primera. Es otra especie europea difundida junto a su insecto huésped. Si hubiera sido posible introducir en nuestro país al auténtico parásito de la cápsula de huevos de la cucaracha sin este parásito secundario, no cabe duda de que hubiera sido mucho más útil. El parásito secundario, no obstante, parece haberse introducido de forma temprana; ha sido encontrado en Cuba y en Florida, y es posible que esté tan difundido como su huésped, lo que dificulta que este último se multiplique demasiado. Entre otros enemigos naturales de la cucaracha se encuentran las ranas; un corresponsal nos informa de que si se encierra por la noche a estos animales en una habitación, esta quedará eficazmente libre de cucarachas.
Remedios
Igual que los cuervos entre las aves, parece que las cucarachas, entre los insectos, están inusualmente dotadas de la habilidad de protegerse contra los enemigos; despliegan una gran inteligencia para no cruzarse en el camino del airado limpiador de la casa, y también a la hora de evitar alimentos u otras sustancias adulteradas con un veneno a ellas destinado. Su perspicacia en este ámbito es sin duda la herencia de muchos siglos en los cuales la mano del hombre no ha dejado de levantarse contra ellas.
A pesar de todo, se ha hallado un método totalmente efectivo y simple de librar a nuestros locales de las cucarachas…
(Aquí se interrumpe el texto)

Notas desde el sótano
El artículo acababa con una enumeración de los métodos de exterminio que en aquella época bárbara se emplearon contra las hermanas cucarachas; los dueños de este sitio, para evitar la difusión de ideas peligrosas, han tomado la decisión de censurar nuestra traducción de esta parte del texto.
Notas
↑ * Suborden o Superfamilia— En los órdenes Blattodea, Hymenoptera y Lepidoptera, para agrupar las familias hemos preferido usar las superfamilias en lugar de los subórdenes.
↑ 1. “Escarabajo negro”; se trata de la cucaracha negra u oriental (Blatta orientalis), que es como la llamaremos en lo sucesivo.
↑ 2. “Croton bug” y “water bug”, respectivamente.
↑ 3. Por orden, los gentilicios que se mencionan son: suabo, prusiano, ruso, francés, español y danés. Es decir, que para los alemanes, Blattella germanica no sería la “cucaracha alemana”.
↑ 4. A día de hoy la situación es distinta. La familia Blattidae, a la que iban a parar todas las cucarachas en el pasado, “estalló” en el transcurso del siglo XX a medida que se fueron registrando nuevas especies . Para recoger a todas las criaturas que llamamos cucaracha en un solo término tendríamos que ascender al nivel de orden y hablar de Blattodea, y en este grupo mayor se nos colarían las termitas.
↑ 5. Henry Guernsey Hubbard (1850 — 1899), fue un horticultor y entomólogo norteamericano. Se le conoce principalmente por el trabajo que realizó para identificar y controlar las plagas de la industria del cítrico en Florida. Es también uno de los pioneros en el estudio de los insectos en las cuevas.
↑ 6. Johann Gottlieb Otto Tepper (19 April 1841 — 16 February 1923) fue un botanista, maestro, coleccionista de plantas y entomólogo nacido en Prusia que pasó la mayor parte de su vida en Australia. Pasó buena parte de su carrera trabajando para el Museo de Australia Meridional.
↑ * Calolampra irrorata (Fabricius, 1775), en la nomenclatura actual.
↑ 7. El nombre completo de la obra mencionada es Narrative of a Voyage to the Southern Atlantic Ocean, in the Years 1828, 29, 30, Performed in H.M.Sloop Chanticleer, Under the Comand of the Late Captain Henry Foster, from the private journal of W. H. B. Webster, surgeon of the sloop (Londres, 1834)
↑ 8. La siguiente e interesante carta del Sr. Herbert H. Smith, el coleccionista y naturalista, presenta un vívido retrato de las molestias que ocasionan las cucarachas en los trópicos:
"Las cucarachas son tan comunes en las casas de campo brasileñas que nadie les presta ninguna atención. Las criaturas tienen una desagradable manera de acceder a las cajas de provisiones, y vandalizan libros, zapatos y a veces las prendas. Si se pone papel en las paredes, no tardarán en comérselo dejando feos parches, y esto, no cabe duda, buscando el pegamento de debajo. Pero en Corumbá, situada en el curso alto del río Paraguay, descubrí a la cucaracha representando otro papel. En la casa en las que estábamos residiendo había cerca de una docena de niños, y cada uno de ellos tenía las pestañas más o menos comidas por las cucarachas —una especie ancha y marrón, de uno de los tipos más comunes en todo Brasil. Las pestañas eran cortadas a mordiscos con un patrón muy irregular, bastante cerca del párpado en algunos casos. Como la mayor parte de los brasileños, estos niños tenían unas pestañas muy largas y negras, y desfiguradas de este modo producían una impresión muy extraña. El problema estaba confinado a los niños, supongo que a causa de que tienen un sueño profundo y no molestan a los insectos durante la faena. Mi esposa y yo en alguna ocasión barrimos alguna cucaracha de nuestras caras durante la noche, pero no pensamos nada más del asunto. Las cucarachas también mordisquean pedazos de las uñas del dedo gordo. Los brasileños, muy acertadamente, fomentan la presencia de grandes arañas domésticas, porque tienden a librar las casas de otras plagas de insectos".(N. del A.)
↑ 9. Leland Ossian Howard (1857 — 1950) fue un entomólogo norteamericano que trabajó en la sección entomológica del Departamento de agricultura de Estados Unidos. Ayudó en la implementación de leyes para evitar la difusión de plagas en los cultivos. Fue un experto también en las avispas parásitas de la familia Chalcididae, y contribuyó a la introducción de medios de control biológicos para las plagas.
↑ 10. Insect Life era una boletín publicado por la sección de entomología del Departamento de agricultura del gobierno de los Estados Unidos.
↑ 11. La cucaracha.— Se trata de una alimaña muy molesta y destructiva, y es tan abundante y voraz que resulta imposible evitar que provisiones de todo tipo acaben devoradas si no se las cubre de forma muy minuciosa. Son aplanadas, y tan delgadas que pocos baúles o cajas son capaces de dejarlas fuera. No solo se comen la piel, el pergamino o las lanas, también el lino y el papel. En invierno desaparecen, y aparecen en gran número durante los días más cálidos del verano. Es por la noche cuando causan sus estragos y muerden a las personas en sus camas, especialmente los dedos de los niños si están grasientos. Ponen incontables huevos, y se arrastran por los agujeros de las paredes viejas y la basura, donde yacen aletargadas todo el invierno. Algunas tienen alas, y otras carecen de ellas —quizá por la diferencia entre los sexos. (Catesby, Nat. Hist. Carolina, 1748, Vol II, p. 10) (N. del A.)
* Este texto es una referencia extraída de Natural History of Carolina, Florida and the Bahama Islands, escrita por Mark Catesby, considerado como el primer informe puesto en imprenta sobre la fauna y flora de Norteamérica. (N. del T.)
↑ 12. Véase Peter Kalm's Travels in North America, Vol. I, p. 321; II, p. 256. (N. del A.)
↑ 13. “Ichneumon fly”, en el original. Ambas denominaciones, la original inglesa tanto como nuestra traducción castellana, “mosca icneumón”, encontraron expresión en la literatura entomológica. Sin embargo, ni es una mosca —sino una avispa—, y a día de hoy tampoco es una ichneumónida (Ichneumonidae); a Evania appendigaster se la incluye en su propia familia Evaniidae dentro de su propia superfamilia Evanioidea.
↑ 14. Aprostocetus hagenowii (Ratzeburg, 1852), en la nomenclatura actual. Como la anterior, también es una avispa; y como la anterior, tampoco es una ichneumónida: familia Eulophidae, superfamilia Chalcidoidea.
Fuentes
- Traducción propia a partir de:
- Marlatt, Charles Lester (1902). “Cockroaches”, en United States Bureau of Entomology, Circular nº 51. (Biodiversity Library Heritage)
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